Manos a la obra, primer paso, abrir el volante y ver cómo funciona, qué tipo de sensor tiene y si se podría mejorar… y la respuesta es no. El sensor sólo responde medianamente bien si se coge el volante en horizontal, cosa que no va a pasar nunca, ya que los niños cogen el volante totalmente en vertical, así que sin miedo lo corto de la placa. Tiene tres cables, el gnd y los dos de la dirección, así que con dos simples interruptores se podrá hacer un apaño, fácil
El mando mola porque tiene unos leds que se encienden para cada dirección, por lo que ir probando que todo va bien, es sencillo, pero decido encender el coche para ver que todo funciona correctamente… y aquí empiezan mis problemas. Mi hijo ha jugado mucho con el coche sin las pilas y en algún momento se ha cargado la transmisión de la dirección, por lo que al girar, sólo hay un motor que da vueltas como un loco sin hacer nada más.
Si el coche no funciona, el apaño del mando no servirá de nada, así que decido abrir el coche para ver si tiene arreglo, aunque me temo lo peor, y después de sacarle cien mil tornillos, algunos de muy difícil acceso, doy con el problema, una de las ruedas dentadas se ha descuartizado, por lo que empiezo a dudar de la viabilidad del proyecto. Buscando por casa, mi marido encuentra una bolsa de recambios de otro coche que tenemos y milagro, una de las ruedas parece que encaja, pero hay que cortar y pegar. Voy haciendo, ajustando aquí y allá y después de mucha prueba/error consigo que la dirección funcione. Toca modificar el mando
Aquí podéis ver la rueda modificada. Lo que se descuartizó es la parte pequeña, que por suerte encontré una compatible por casa y la pegué con superglue… espero que aguante 😛
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